Consiste en actuar de acuerdo con las normas y leyes que nos rigen, ya que éstas expresan el consenso democrático que una nación posee para ordenarse a sí misma. La legalidad no es perfecta ni inmutable, pero es la única forma de lograr la convivencia pacífica y justa, poniendo límites a las acciones que dañan a otros y, a fin de cuentas, a la comunidad entera. Sin legalidad no podemos solucionar conflictos ni lograr una convivencia más armónica y estable entre todos los miembros de la sociedad.
Es natural que las gentes dentro de una comunidad se muevan bajo ciertos criterios y normas de conducta que hagan posible su convivencia, sin necesidad de que medie ninguna institución pública o un gobierno; de hecho la inmensa mayoría de los conflictos reales se resuelven a este nivel, que está regido por la cultura de ese grupo social.
Así que no puedo aceptar tal cuál que «Sin legalidad no podemos solucionar conflictos ni lograr una convivencia más armónica y estable entre todos los miembros de la sociedad», sólo puedo aceptar que la legalidad puede a llegar a ser la menos mala de las opciones cuando hay una necesidad inevitable de decidir acerca de algo que afecta a toda una comunidad, suponiendo que realmente sea inevitable el tener que tomar desiciones respecto a eso (algo que por cierto puede ser muy relativo y hasta convertirse en algo arbitrario).
Lo que sí hay que tener claro es que una cosa es que la legalidad llegue a ser necesaria y otra cosa que necesariamente lleve a la justicia, porque para que algo injusto sea legal sólo necesita que los que hacen las leyes quieran hacerlo legal, ya sea porque quieren ser injustos por que ganan algo o porque desde su punto de vista no están siendo injustos aunque si lo sean.